miércoles, 14 de mayo de 2008

A DORMIR!!!!


Hace mucho tiempo que no escribo nada en este blog, pero me gustaría retomarlo de nuevo. La verdad es que tener un hijo es una bendición, pero Dios mio!, te quita tiempo de todo!.

La verdad es que yo he tenido bastante suerte con mi niña (que ya tiene 18 meses), pero de un tiempo a esta parte me está volviendo loca otra vez cuando llega la hora de dormir.

A los ocho meses la pasamos a su habitación para que durmiera solita. Después del ritual del baño, el bibe de leche con cereales se lo daba en su habitación, a media luz y luego la acunaba en la hamaquita hasta que se quedaba dormida y la pasaba a la cuna. Era un rollo porque cada vez tardaba mas en dormirse y pesaba más, así que decidimos quitarle la hamaquita y echarla directamente en la cuna.

La primera semana fué un suplicio porque yo no aguantaba los llantos, pero tampoco quería dormirla en brazos y que se acostumbrara. Después de leer el libro de "duermete niño" (el cual me pareció muy interesante), y de ver en la televisión un programa parecido a Supernany pero para bebés, me decanté por una mezcla entre los dos métodos.

Después del baño y la cena, acostaba a la peque en su cunita. La leia un cuento, la cantaba una canción de cuna, la daba un besito de buenas noches y me marchaba. Por supuesto, a los treinta segundos ya estaba llorando así que la dejaba un minuto. Volvia a su cuarto, la cogia hasta que se calmaba, le daba un besito y para la cuna otra vez. vovia a salir y cuando lloraba, esperaba otro minuto o dos y volvia. Así hasta que se quedaba dormida.

Es increible, pero es verdad que funciona, solo que hay que ser muy constante y aguantarte las ganas de salir corriendo cada vez que llora (y eso que solo esperaba un minuto o dos en vez de los 5 que dice el libro!). Cada vez tienes que ir menos veces antes de que se duerma, y mi peque, ala semana de aplicar este método ya dormia solita sin nada de luz y con la puerta cerrada.

Pero resulta que hace poco estuvo malita porque se le infectó una vacuna así que, o mi marido o yo dormiamos con ella. Al final, hemos vuelto para atrás, y aunque se duerme en su cunita, no podemos salir de la habitación hasta que se queda dormida.

Esto demuestra, queridas amigas, que las rutinas son muy importante, y que si las rompemos por cualquier motivo, podemos dar pasos atrás en lo que a logros de nuestros hijos se refieren.

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